domingo, 13 de febrero de 2011

DANZA DE INDIOS


Proviene de los indígenas de las poblaciones a orillas del río Magdalena: Indios de Trenza e Indios Farotos. Consiste en un desplazamiento de parejas en el que se trenzan cintas y vuelven a destrenzarse. Según tradición oral los movimientos de la danza responden a los rituales que muchas poblaciones indígenas realizaban a las orillas del río Magdalena.

Farotas, Danza En El Carnaval De Barranquilla
Las Farotas es una danza de Talaigua (Departamento de Bolívar, Colombia) que participa en el Carnaval de Barranquilla. Representa a unos indígenas de la época de la colonia que se disfrazaban de mujeres, con vestidos llamativos, sombreros y sombrillas, para engañar a los españoles, haciéndoles creer que se trataba realmente de mujeres. Así, ellos iban detrás de estas "damas", buscando conquistarlas o, mejor, violarlas, y entonces los indígenas se mostraban tal cuales eran y les propinaban una tremenda paliza a los peninsulares.

La Farota es una danza masculina del Carnaval de Barranquilla. Esta compuesta por 13 hombres, 6 a un lado y 6 al otro, y la mama que lleva un perrero o un juete para operar la danza. La música que bailan es la que origina la caña de millo, el tambor y la tambora de 2 parches.
Es una danza burlona donde se muestra la forma que el español tenía para tratar a los indígenas, sobre todo a las mujeres.

La danza de las Farotas se bailotea con un ritmo llamado Son de Farotas, encaminado por compases como el de la lavada, el perillero, el minué, la contradanza y el baile indio. Bailan con el cuerpo diagonal hacia delante sin doblarse y levantando la barbilla. Sus posturas son masculinas, en contradicción con el vestuario y el maquillaje femeninos.
la leyenda de la farota.
Según cuenta la leyenda, con la llegada de los conquistadores españoles comenzaron los abusos contra las mujeres, ya que los invasores no sólo fijaron sus apetitos en las riquezas naturales sino en la belleza de las nativas.
Ellas, honestas con sus maridos, no les escuchaban sus amoríos, pero los españoles las sometían a la fuerza, las violaban, las convertían en sus concubinas y prostituían a las niñas, relata la directora de Las Farotas.
Por eso, en una época que los historiadores fijan en el año 1610, los caciques Mompox y Taligua, cansados de tantos atropellos, forman una alianza para vengar las afrentas.
Vistieron a doce de los más bravos guerreros con ropas similares a las de las mujeres españolas, y los escondieron en sus bohíos.
Cuando los españoles llegaron a la comunidad a lo acostumbrado con las mujeres, se encontraron con los aborígenes vestidos de mujer que los ajusticiaron a lanzazos.
A estos doce guerreros se les unió el cacique Taligua, y por eso el número de danzantes en Las Farotas es de trece.
Este suceso trascendió en toda la zona, y representó para los indígenas una hazaña que todos los años festejaban con parrandas y bebidas embriagantes. En la celebración volvían a vestirse como mujeres para recordar el hecho, y danzaban al compás de sus ritmos autóctonos.
Esta diversión tuvo tanto arraigo que pasó a convertirse en una danza ritual, con la que rendían homenaje al dios Chiguá cuando las mujeres estaban próximas a parir, por el parto propiamente dicho y luego por el nacimiento del descendiente. También la adoptaron para épocas de siembra, de cosecha y de matrimonios.
La tradición explica que estos festejos se extinguieron con el paso del tiempo, y sólo en 1887 dos talaigeros, Efraín Chica y Domingo Carrera, los rescataron para la fiestas de Carnaval y de Corpus Cristi, que se conmemora en agosto.
Desde esa época siete familias la han conservado. Unos mueren y otros quedan, pero sigue viviente. Durante estos años han pasado veinte Mamas. El Mama es el señor que baila solo en medio de las dos filas de seis danzantes. Representa al cacique Taligua y dirige al grupo al momento de bailar. Lleva un perrero para darle al bailarín que no lleve el ritmo , explica también la folclorista.

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